Develando los
criterios de la evaluación.
El concurso
En una escuela
primaria, se organiza un concurso para los grados superiores acerca de la vida
y obra de un escritor argentino y su contribución al campo de la literatura. El
reglamento establece que los alumnos pueden presentar trabajos escritos en
forma individual o en grupos de hasta tres y con pseudónimo. Integrado por 2
profesores de materias especiales, el vicedirector, 2 padres y un escritor
externo a la escuela, el jurado trata de ponerse de acuerdo acerca del análisis
de los trabajos y de los criterios que establecerán para su lectura y
evaluación. La tarea del jurado no resulta sencilla. Algunos de sus miembros
sostienen el siguiente diálogo:
-propongo tener
en cuenta la extensión de los trabajos, porque nos permitirá verificar la cantidad
de información buscada por los alumnos.
-estoy de acuerdo,
pero sugiero que hagamos una distinción entre aquellos aportes informativos más
novedosos.
-yo propongo el
criterio de originalidad, tanto en el contenido como en su modo de organización
y presentación.
-pienso que, lo
más importante, es la coherencia del texto.
-sugiero tomar en
cuenta los aportes personales, las opiniones y las preguntas que los alumnos incluyan
en el trabajo.
En el caso del
concurso, se evidencian varios problemas para valorar los trabajos de los
estudiantes:
·
La ausencia de criterios establecidos
previamente a la producción de los trabajos realizados por los alumnos; dichos
criterios permitirían establecer acuerdos acerca de qué mirar y qué valorar al
recibir los escritos. Este vacío deja un espacio abierto para que la
subjetividad se instale de manera decisiva.
·
La disparidad de criterios demostrada por los
miembros del jurado, porque cada uno privilegia algún aspecto de los trabajos a
partir de sus intereses, experiencias, saberes, creencias y supuestos.
·
El hecho de no tener los criterios definidos con
claridad y anticipación perjudica su transmisión, por lo que se genera una desorientación
sobre lo que se espera y sobre cómo saber si se está procediendo correctamente.
El curso al que
nos referimos al inicio no es el único caso en el que aparecen dudas, intercambios
y discusiones sobre la calificación de un trabajo, la valoración de la
producción los desempeños. Es habitual que en las escuelas haya problemas -más
o menos explícitos- a la hora de ponderar las evaluaciones de los alumnos,
muchas de ellas, teñidas de oscuridad, falta de transparencia, con un alto
grado de subjetividad y ausencia de criterios. Comprender esta realidad nos
permite indagar qué respuestas puede darnos el enfoque alternativo de la
evaluación.
En la introducción,
se definió y describió el enfoque alternativo, y en el primer capítulo, nos
centramos en la retroalimentación como un modo de regulación de los procesos de
aprendizaje y enseñanza, y como una forma de establecer diálogos reflexivos con
los alumnos acerca de sus resultados y sus desempeños. No obstante para
posibilitar ese diálogo, hay que establecer un marco de referencia que permita,
por ejemplo, compartir con los estudiantes el criterio que considere, como base,
qué se califica un trabajo con un cuatro, un 10, un satisfactorio o un
excelente. El marco de referencia está dado por criterios de evaluación, cuando
son claramente formulados y compartidos, o incluso, construidos con los alumnos.
En este capítulo se mostrarán instrumentos que
permiten transparentar los criterios de evaluación, y de este modo, responder
tanto a viejas tensiones que siguen vigentes como a nuevas preguntas.
Comencemos con un ejemplo de modos diferentes de
comunicar lo que van a aprender los alumnos en las siguientes dos semanas. La
manera en que anticipamos lo que se va a enseñar es una forma de evidenciar un
recorrido que se ha de desarrollar. Así se les oculta o se comparte el por qué,
El para qué de lo que los alumnos van a aprender y las expectativas de logro,
que son la base para construir los criterios de evaluación.
En un enfoque tradicional de enseñanza y de evaluación,
la información transmitida a la alumno sería, por ejemplo: en matemáticas,
resolveremos problemas; en prácticas de lenguaje, leeremos el capítulo dos del
texto de Gabriel García Márquez; Y en inglés, aprenderemos vocabulario de
animales.
En un enfoque de la evaluación alternativa, se
informaría del siguiente modo: en matemáticas, exploraremos múltiples caminos
para obtener El número 1000; en prácticas de lenguaje, plantearemos las
características de cada uno de los personajes de la novela de García Márquez y
pensaremos en si pueden aplicarse a cualquier otra novela; y en inglés,
aprenderemos los nombres de los animales para poder conversar sobre temas, como
un paseo al zoológico, utilizando las palabras nuevas.
Además de anticipar los contenidos y sus
expectativas de logro, se necesitan instrumentos adecuados que ayuden A
identificar y a compartir los criterios utilizados para evaluar los
aprendizajes de los alumnos. A continuación, se desarrollan herramientas
prácticas para emplear con ese fin:
·
Lista de control o cotejo.
·
Escalas de valoración.
·
Matrices de valoración.
Las listas de control o cotejo.
Una lista de control o cotejo consiste en una serie
de aspectos, características, cualidades, acciones, observables sobre un
proceso o un procedimiento que suele registrarse en un cuadro de doble entrada.
El proceso procedimiento que ha de observarse está descompuesto en partes. Al lado de cada componente del proceso, se coloca en columnas en las que se marca su presencia o ausencia. También se pueden incluir algunas características deseables tanto del proceso como del producto, así como errores o fallas más comunes. Veamos un ejemplo.
Ejemplo uno: monitoreando un desempeño.
Características |
Si |
No |
Explica
correctamente el procedimiento que utilizó. |
|
|
Usa gráficos para
explicar el procedimiento. |
|
|
Reconoce pasos
correctos. |
|
|
Reconoce pasos
incorrectos. |
|
|
Elige entre dos
procedimientos alternativos. |
|
|
Tiene dificultades
para explicar el procedimiento que empleó. |
|
|
Como se observa en esta tabla, la lista de cotejo
es, básicamente, un instrumento de verificación, de revisión y, Al mismo
tiempo, puede funcionar como referente para ajustar un desempeño. Asimismo,
muestra avances y tareas pendientes de modo tal que interviene durante el
proceso de enseñanza y aprendizaje.
El modelo clásico es una lista que permite señalar
la presencia o ausencia del desempeño de un alumno.
Muchas veces, no alcanza la información que se
recoge a través de una lista de control. Por eso, se proponen dos ejemplos
alternativos de listas, que se denominarán de seguimiento porque su función
primaria se relaciona más con monitorear y mejorar que con controlar o
verificar. Estas listas intentan profundizar en la información que se releva
para mejorar el trabajo.
Los ejemplos propuestos están redactados para que
los docentes los utilicen, pero del mismo modo podrían usarlos los alumnos,
redactando los criterios en primera persona, lo que contribuiría al desarrollo
de su autonomía. También es posible que docente y alumno empleen la misma lista
Y conversen acerca de las miradas de cada uno sobre las producciones y los
desempeños del estudiante.
Ejemplo dos: aportando evidencias.
Participación en clase |
Si |
No |
Evidencias (ejemplos) |
Fórmula preguntas
pertinentes al tema. |
|
|
|
Responde las
preguntas. |
|
|
|
Traer a clases
materiales acerca del tema. |
|
|
|
Permanece en
silencio. |
|
|
|
Otro. |
|
|
|
Ejemplo tres: proponiendo acciones.
Participación en clase |
Si |
No |
Evidencias (ejemplos) |
Acciones para mejorar |
Fórmula preguntas
pertinentes al tema. |
|
|
|
Ejemplo: escribir
una pregunta antes de iniciar la clase. |
Responde las
preguntas. |
|
|
|
|
Traer a clases
materiales acerca del tema. |
|
|
|
|
Permanece en
silencio. |
|
|
|
|
Otro. |
|
|
|
|
Otro tipo de listas puede ser utilizado para
efectuar el seguimiento de los proyectos, de trabajos en sus aspectos
organizativos.
Ejemplo cuatro: toreando el proyecto.
Indicadores |
Realizado |
Pendiente |
Sin iniciar aún |
Búsqueda de
información. |
|
|
|
Selección de la
información. |
|
|
|
Otro. |
|
|
|
Sencillos para que los docentes diseñen, administren
y procesen, las listas de cotejo son instrumentos útiles para acompañar la
evaluación del trabajo de los alumnos en el aula.
La escala de valoración.
Las escalas ayudan a registrar el grado de desarrollo
que un estudiante logra en relación con un proceso o producto. También permiten
registrar su frecuencia o el grado en que se ha logrado.
Ejemplo cinco: monitoreando la participación.
Participación en clase |
Siempre/mucho |
A veces/ poco |
Nunca/nada |
Fórmula preguntas
pertinentes al tema. |
|
|
|
Responde a las
preguntas. |
|
|
|
Trae a clase
materiales acerca del tema. |
|
|
|
Permanece en
silencio. |
|
|
|
Otro |
|
|
|
Como se muestra en este ejemplo, las escalas de
valoración, al igual que las listas de cotejo, dan cuenta de la ejecución de
determinada acción o de la aparición de un atributo específico, pero además,
las de valoración suman información al permitir observar la frecuencia con la
que se presenta un componente del procedimiento o proceso que se quiere
evaluar.
En el caso de las habilidades sociales, por
ejemplo, se sabe que permanecer en silencio o responder a las preguntas, una
sola vez es esporádicamente, no es un indicador certero de aprendizaje. En este
caso, como en otros muchos la posibilidad de hacer observaciones sistemáticas y
registrarlas es muy importante a la hora de evaluar.
Ejemplo seis: desempeño en el laboratorio.
Criterio |
Siempre |
A veces |
Nunca |
Evidencia
habilidades procedimentales en el laboratorio y competencias científicas. |
|
|
|
Sigue las
instrucciones en forma independiente. |
|
|
|
Maneja los
materiales adecuadamente. |
|
|
|
Cumple con las
normas de seguridad. |
|
|
|
Trabaja con otros
de manera colaborada |
|
|
|
Identifica la
pregunta a la que se quiere responder con la experiencia de laboratorio. |
|
|
|
Propone una o más
hipótesis como respuestas tentativas a dicha pregunta. |
|
|
|
Diseña uno o más
experimentos válidos para poner a prueba las hipótesis planteadas. |
|
|
|
Recolecta los
datos necesarios para testear las hipótesis. |
|
|
|
Registra con
claridad los datos obtenidos. |
|
|
|
Elabora una
conclusión coherente que relaciona sus resultados con la pregunta o hipótesis
planteada inicialmente. |
|
|
|
Presenta la
información en forma inteligible, detallando los métodos utilizados,
identificando los resultados obtenidos y la interpretación que realizó de
dichos resultados en relación con la pregunta del comienzo. |
|
|
|
Las matrices de valoración.
Las matrices de valoración son documentos públicos,
compartidos por docentes y alumnos, que se utilizan para evaluar las
producciones o el desempeño de los alumnos.
Las matrices incluyen tres elementos:
Criterios que traduce en las expectativas relativas
al aprendizaje, la importancia de una producción o de un proceso. Para definir
los criterios, habitualmente, se recurre a las expectativas de logro. Por
ejemplo, si en una planificación el docente propone que los alumnos analicen y
resuelvan problemas específicos, un criterio para aplicar podría ser: la
selección de datos.
Niveles de calidad de cada criterio, desde el más
bajo hasta el más alto, y del novato al experto. Se sugiere definir entre 4 y 6
niveles para identificar la secuencia de algunos procesos o distinguir con
mayor detalle y profundidad los aspectos de la producción encarada. para evitar
el uso de una escala numérica, inmediatamente se asocia a una calificación, se
propone utilizar una evaluación cualitativa que dé cuenta de los procesos. Por
ejemplo: aprendiz, novato, competente, experto, niveles que la psicología
cognitiva ofrece.
Indicadores que intentan describir la calidad de
cada uno de los criterios, ser visibles para quienes van a mirar. Describir
implica referir las características de un objeto o una situación por medio del
lenguaje. En el caso de las matrices de valoración, tienen que estar expresadas
en forma comprensible para los lectores, para que no sea necesario explicar
cada elemento. Así se contribuye a la autoevaluación y a la evaluación entre
pares, y además, se contempla la heterogeneidad de alumnos ya que considera
varios niveles de calidad. La matriz de valoración provee información para
explicar lo que sucede respecto del objeto que se estudia. No es preciso que
recoja sólo información cuantitativa, también puede incluir información
cualitativa.
No siempre resulta sencillo elaborar un buen
indicador. Por esta razón, parece útil describir las etapas para desarrollarlo:
·
Leer los objetivos o las expectativas de logro para
definir de manera clara los criterios de evaluación.
·
Establecer niveles de calidad, construyendo con los
alumnos las descripciones detalladas de cada nivel: se comienza por el nivel
más alto y el más bajo, es decir los extremos y, después, se continúa por los
intermedios. Las fuentes de información para definir los niveles de calidad se
obtienen de los expertos disciplinares, de los textos, los ejemplos y modelos
de buenas producciones, y de los errores más comunes.
·
Se puede modificar el indicador a partir del
trabajo de los alumnos.
·
Incorporar el uso de los criterios y los niveles de
calidad en la enseñanza.
La creación de las matrices de valoración se
fundamenta en la necesidad de compartir con los alumnos en un principio, pero
también con los padres y la comunidad educativa en general, las expectativas de
logro y los criterios con los que se evaluarán los aprendizajes durante el
ciclo lectivo.
Tradicionalmente, la utilización y el conocimiento
de los criterios ha sido propiedad exclusiva de los docentes o de las
instituciones, y han estado casi siempre ocultos para los alumnos. Así es como
la evaluación del aprendizaje de los estudiantes tiene una base sólida sobre
los supuestos subyacentes acerca de cómo hacer un buen trabajo; supuestos que
se caracterizan por ser personales y no siempre compartidos con otros colegas
en una misma institución.
Por lo tanto, si bien nuestro foco de trabajo es la
evaluación, no se trata sólo de transparentar los criterios que nos llevan a
ella, sino también el modo de encarar la clase y la exposición de las reglas de
trabajo y en ese ámbito, para sostener la coherencia entre la enseñanza, el
aprendizaje y la evaluación.
No es suficiente la intención de comunicar los
criterios y únicamente al comenzar el trabajo, sino que dicha comunicación
tiene que constituirse en un diálogo permanente entre los docentes y los
alumnos para ajustar el proceso de enseñanza aprendizaje.
En este Marco, las matrices de valoración
contribuyen a desarrollar la autoevaluación, así como la coevaluación, para que
los alumnos reflexionen sobre sus desempeños y sus producciones, y sobre sus
maneras de abordar la tarea (procesos cognitivos).
Además, estos instrumentos explicitan los criterios
y sus niveles de calidad antes de comenzar la tarea. Asimismo, permiten
realizar un monitoreo sobre el avance de la actividad utilizando los estándares
establecidos y llevan a que los alumnos revisen su trabajo antes de entregarlo.
Las matrices de valoración entonces guía en la
evaluación y la enseñanza, y acompañan el aprendizaje porque proveen
orientaciones, direcciones y evitan jugar a las adivinanzas en el sentido de
que se espera de mí frente a una tarea.
También se les conoce con el nombre de rúbricas
porque, al construirse especialmente para cada evaluación, funcionan como si
tuvieran que ponerle la firma personal a esta; también reciben ese nombre
porque antes, cuando se corregía, se lo hacía poniendo sobre el escrito marca rojas
(la palabra rúbrica deriva de latín Ruber: rojo).
Cómo trabajar con los alumnos utilizando las
matrices de valoración.
Nos preocupa que la matriz de valoración se
convierta en un instrumento sólo para entregar al docente. para evitarlo, es
necesario que el alumno sea partícipe, y comprenda y se apropia también de la
matriz.
Las matrices de valoración son instrumentos
valiosos para utilizar en tareas complejas, como los proyectos de trabajo, los
ensayos y las investigaciones, tanto en sus productos finales como en sus
procesos de elaboración.
Cómo se atiende a que sea un instrumento que los
alumnos conozcan, aprendan a utilizar y comprendan su sentido, se sugiere
considerar algunas cuestiones clave:
·
Explica que es una matriz de valoración y para qué
sirve.
·
Mostrar ejemplos que corresponden a trabajos de
distintos niveles de calidad.
·
Debatir con los alumnos acerca de los criterios y
sus niveles de calidad, como también sobre el significado de cada criterio.
·
Que los alumnos analicen trabajos a la luz de la
matriz de valoración, a modo de ejercicio de comprensión y aplicación.
En su origen, la matriz de valoración fue pensada
para ser construida en conjunto con los alumnos. Ofrecemos un ejemplo de
actividad para realizar con ellos:
Proponga sus estudiantes:
“Ustedes son evaluadores en este concurso de
cuentos escriban una lista de los criterios importantes para considerar. En el
aula, tienen a su disposición los cuentos para leer. Cuando finalicen la lista
de criterios, la compartiremos para construir juntos la matriz de valoración”.
A continuación se muestran matrices de valoración
que tanto los docentes como alumnos pueden utilizar en diferentes disciplinas y
niveles para evaluar los aprendizajes.
Ejemplo siete: matriz de valoración para el nivel
inicial.
Criterio |
En el inicio |
Básico |
Avanzado |
Competente |
Identificar
animales que tienen características similares |
No reconoce ni
nombra un animal. |
Reconoce y nombra
un animal. |
Describe algunas
características del animal. |
Nombra, al menos,
dos animales y alguna característica que tengan en común. |
Identificar
animales que tienen comportamientos similares. |
No reconoce el
comportamiento de un animal. |
Reconoce un
comportamiento de un animal. |
Describe varios
comportamientos del animal. |
Nombra al menos,
dos animales y algún comportamiento que tengan en común. |
Ejemplo ocho: matriz de valoración de un texto
narrativo de ficción.
Esta matriz de valoración para utilizar en la
escuela media fue diseñada por la docente y especialista en lengua, Roxana
Lewinsky. Antes de compartir la matriz de valoración, transcribimos algunas
reflexiones de la docente en el momento de diseñarla, como un aporte para
mostrar el trabajo profundo que implica utilizar ese instrumento.
En lo que hace la lengua, los dos planos que están
siempre interactuando son tanto una sintaxis de frase como una gramática
textual, la frase bien formada y la ordenación del texto, ambas con vistas a
producir sentido. Podemos poner el acento en uno u otro aspecto, pero sin dejar
de tener presente la significación de conjunto. Por ejemplo, un acento puede
precisar un adjetivo posesivo un pronombre, y esto resolverse en la cadena sintagmática
por la que el texto avanza. Mi experiencia de lo que sólo aplicar a la hora de
evaluar tiene que ver más con una concepción de la gramática de texto que oracional,
más con el sentido que con el significado, más con la construcción de lectores y
escritores no escolarizados. Me preocupa más la imposibilidad de desplegar una
idea en un texto informativo o en una escena de ruptura con los lugares comunes
en la narración ficcional que es la ortografía.
La matriz de valoración que se presenta y está
escrita en un lenguaje de experta en la disciplina. Una vez definida la matriz
de valoración, se traducirá en un lenguaje comprensible para compartir con los
estudiantes.
Dimensión |
Criterio niveles de calidad |
Rangos |
||||
Nivel Morfo sintáctico o gramática de la frase |
Vocabulario lenguaje referencial y figurativo |
Varios términos de
uso común con errores de acentuación y ortográficos. Mal uso de las
mayúsculas. Equívocos pre posicionales. Problemas de conjugación en general.
Pobreza de palabras y repetición de estas, que traba y dilata lo que se
quiere decir. |
Errores en
palabras de usos más esporádicos o de homónimos no es claro el empleo de
comas y puntos, lo que dificulta la comprensión. Problemas en el uso de los
modos verbales. limitación terminológica, sin que llegue oscurecer el
significado final. No hay figuras: texto literal y plano. |
En general, manejo
correcto de la ortografía. Problemas de de qué ismo o utilización de los
impersonales. Imprecisiones en el uso de rayas y “. Léxico adecuado al tema,
aunque sean figuras interesantes que den vuelo al texto. |
Buen desempeño
ortográfico y léxico gráfico. La puntuación facilita la progresión de la
lectura el relato se beneficia por mostrar vocablos precisos, una adjetivación
ceñida y figuras que ahondan en descripciones y personajes. |
Ortografía
prácticamente impecable y un vocabulario amplio y matizado. La puntuación
armoniza con el todo. El empleo de figuras retóricas es un acierto de
significación que define la intención literaria del trabajo. |
Clases de palabras, funciones y empleo en la
frase. La intriga, y la composición oración al y textual. La puntuación,
género. Narradores y destinatarios. |
Faltas numerosas
en la concordancia de género y número. Adjetivación pobre, pocos y repetidos
adverbios, con abuso del superlativo. Dominan el modo indicativo y el tiempo
verbal presente. Las oraciones son simples, aunque suelen no estar bien
construidas. La intriga apenase de línea sin llegar siquiera a una anécdota.
El texto no tiene ejes ni avances, con una indefinición del género, y sin
instancias narrativas claras que interesen al lector. |
La concordancia
suele presentar problemas. La adjetivación es trivial y sabida, no siempre
bien aplicada, igual sucede con los adverbios. Se amplía un poco el uso de
los modos y tiempos verbales, con problemas de correspondencia. Dificultad
con el gerundio. Las oraciones se enriquecen, pero se largan o terminan
abruptamente. La historia tiene dificultades para estructurarse y seguir una
coherencia y progresión ordenada. Tienes altos y huecos informativos, clímax
mal preparado y desenlaces artificiales o no logrados. El género se afianza
más, y el destinatario llega a tener idea de la finalidad narrativa. De todos
modos, es difícil atrapar al lector. |
En general, se
logra la concordancia de género y número sin grandes desajustes. La
objetivación y el uso adverbial presentan mayores ambiciones y variedad. El
empleo de los modos y tiempos verbales adquiere más seguridad así como el
régimen pre posicional de verbos. De todos modos, existen errores de
conjugación con los verbos irregulares o con el modo subjuntivo. Las
oraciones tienden a una mayor complejidad y a definir mejor su extensión y
propósitos. La intriga muestra más claramente sus fases de desarrollo, aunque
se evidencian debilidades, sobre todo, en el nudo y el desenlace, lo que
indica que es lo más difícil en el arte de contar. En el género se perfila
mejor, y las expectativas de lector se empiezan a satisfacer. Comienza a
perfilarse la figura de narrador y en contraste con los personajes. |
La concordancia ya
no presenta problemas. Se observa un mayor manejo de las clases de palabras
adjetivos, adverbios y un uso diferenciado de modos y tiempos verbales. Las
oraciones se estructuran conforme a las exigencias del texto. De la presentación
al desenlace, la historia no tiene mayores obstáculos, y hay un esmero en que
los remates o finales estén bien hechos. El tipo de texto suspenso, aventura,
fantástico, experiencia personal, amorosa, viaje etc.. Enseguida muestra su
carácter y sus destinatarios, así como las intenciones del narrador en su
juego con el lector. |
El grueso de los
problemas sintácticos ya están dominados y las preocupaciones del escritor A
solucionar los problemas de la historia y la expresión. Se evidencia una
preocupación por el lector y CDs escolariza la figura del escritor. La
intriga no sólo está completa, sino que toma volumen con el ahondamiento en
los personajes, con nuevas situaciones con agregados y caminos laterales que
enriquecen el texto. El nudo y el desenlace están bien organizados y resueltos.
Se respetan las restricciones que impone el género. Género, narrador y lector
se compenetran y se armonizan para permitir una mayor plenitud y
significativa y literaria. |
Instrumentos y criterios.
La intención de este capítulo ha sido mostrar, a
través de diferentes instrumentos, como transparentar los criterios de
valuación. Cuando se les comparte con los estudiantes, se está desvelando parte
del aspecto oculto y opaco que los procesos de evaluación han tenido
tradicionalmente en la escuela. Ocultar criterios es un modo de monopolizar el
poder, develarlos entonces es un intento de democratizar su ejercicio.
Varias investigaciones dan cuenta del valor del uso
de la matriz de valoración. Heidi Andrade (2001) observa, por ejemplo, que los
estudiantes que tenían la matriz de valoración, la comprendían y usaban,
mejoraron sus producciones de ensayos. Por otra parte, John Hafner y Patti Hafner
(2003) concluyeron que las matrices de valoración son instrumentos válidos y
confiables para el trabajo de presentaciones orales evaluadas por pares.
Las matrices de valoración resultan instrumentos
significativos para comunicar:
·
Expectativas de logro.
·
Calidad de los producciones y desempeños.
Su relevancia no radica solo en el hecho de que
establecen un vínculo diferente con la evaluación sino que además, como se
mencionó, habilitan formas más ajustadas de aproximación al conocimiento tanto
por parte de los alumnos como de los docentes. A través de ellas, es posible
establecer un diálogo reflexivo entre los docentes y los alumnos, explorando
los grados de comprensión, los obstáculos y creando oportunidades para pensar
en el aprendizaje.
Bibliografía
Ahumada, Pedro (2005): “La evaluación ante
auténtica”, Revista perspectiva educacional, número 45, 11-24. Instituto de
educación. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Andrade, Heidi (2001): “The effects of instructional
rubrics on Learning to write” Current Issues in Education, vol. 4, num. 4 en
línea. Disponible en <http://cie.ed.asu.edu/volumen4/number4>
Goodrich, Heidi (1997): “Understanding rubrics”, Educacional
Leadership (Virginia, Estados Unidos), volumen 54, número 4, 14-17. ASCD
Hafner, John y Pati Hafner (2003): “Quantitative analysis
of the rubric as an asssesssment tool: An empirical study of students peer-group
rating”, international Journal of Science Education (Reino Unido), volumen 25,
número 12, 1509-1528. Routledge.
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