30.8.11

Crash by Jimena, novela gráfica...


Nota del editor. Hola apreciable comunidad reactora y seguidores de su humilde service. Pues que creen?, que os voy a compartir una historia que he parido en mis noches de angustia y pesadillas guajiras, espero que os guste y que vuestros comentarios sean motivacionales para continuar con esta novela gráfica. Gozadla mientras dura Críos!! Comenzamos!!

Arrastraba sus piernas fuera del vehículo mientras en la cercanía gritos ahogados de dolor se difuminaban en el viento, al mirar la claridad de la mañana  su vista se confundía con la fuerte opresión que el impacto con el parabrisas le había ocasionado a la cabeza, su vista se confundía entre tonos amarillentos y verdosos, las tonalidades amarillas eran ocasionadas por la conmoción cerebral sufrida segundos antes, -o, ya eran minutos, tal vez horas- al mirar al firmamento los rayos del sol le produjeron estragos desagradables a la vista que repercutían en su cerebro, cada parte de su masa encefálica se dilataba a cada segundo y los dolores iban en aumento, se le nublaba la vista, los tonos amarillos avasallaban lo hermoso que estaba el día, Jimena nunca se enteró que los pajarillos cantaban y se gozaban de este nuevo día, que los mirasoles comenzaban a abrir sus pétalos paulatinamente mientras los rayos del sol se hacían más intensos, que el roció se evaporaba y creaba imágenes efímeras en el viento; a ella le movía ese último aliento de supervivencia, la delgada línea que separa la vida de la muerte, la adrenalina y las endorfinas se habían segregado al máximo, trató de reincorporarse, pero un agudo y seco dolor le recorrió desde el fémur hasta la columna, la sensación de varios piquetes sucedidos y amplificados en secuencia le impidieron ponerse de pie, aunado a ello el dolor de cabeza la doblegaba, la sangre le escurría por la frente obligándola a llevarse la mano a los párpados para evitar que obstruyeran su vista ya bastante nublada por los intensos dolores de cabeza, alcanzó a vislumbrar sus manos empapadas en sangre, su sangre, no había tiempo para pensar, y qué podía pensar si los intensos dolores le aquejaban a su mente y cuerpo... (continuará)

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