19.10.23

Narración Geogebra01

 Ejecuta Geogebra


Haz clic en entrada


Te aparecerá un teclado, haz clic en el paréntesis de apertura


haz clic en los números del par ordenado; en este caso es (2,3)


Observa que el punto del par ordenado aparece en el plano cartesiano


A continuación haz clic en enter, observa que le agrega una literal al par ordenado que acabas de capturar, en este ejemplo "A"


Para captura el siguiente par ordenado; repite los pasos anteriores


Observa que ahora le asigna la literal "B"


Haz clic en entrada  y cambia el teclado numérico a texto, dando clic en el botón de abc


Captura la palabra recta. Te aparecerá la opción de recta, da clic sobre ella, luego clic Recta(Punto, Punto)


Dentro del paréntesis, agrega las literales que geogebra asignó a cada par ordenado, A, B. Luego da clic en enter


Observa que aparece la ecuación de la recta pendiente. Esto es todo de la práctica.


Debes de exportar tu práctica, haz haz clic en las tres líneas


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15.10.23

EXAMEN OBJETIVO

Al hablar del proceso de enseñanza aprendizaje es inevitable referirnos a elementos tales como: docentes, estudiantes, escenarios educativos, contenidos, estrategias didácticas y evaluaciones, entre otros. Dentro de todos estos elementos, la evaluación se ha considerado fundamental debido, principalmente, a que es por medio de ella posible obtener evidencia del alcance del cumplimiento de los objetivos educativos durante y al término del proceso de enseñanza aprendizaje. Sin embargo, es importante destacar que la evaluación también puede ayudar a mejorar la calidad del aprendizaje, para ello es preciso que sea una actividad sistemática y continua capaz de recoger información válida y confiable sobre cada una de las partes que integran el proceso educativo.

 Uno de los instrumentos más populares para llevar a cabo la evaluación es el examen objetivo, el cual correctamente elaborado puede ser utilizado como instrumento de selección o diagnóstico de tipo formativo o sumativo respecto a los contenidos revisados en una asignatura o programa de estudios. Para su diseño, es necesario llevar a cabo una serie de pasos, así como tomar en cuenta ciertos requerimientos con la finalidad de que sean efectivamente objetivos, válidos y confiables.

El objetivo del presente capítulo es poner al alcance del profesor las nociones básicas para la conceptualización, la elaboración y la aplicación del examen objetivo conformado por reactivos de opción múltiple, en aras de mejorar la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje.

 El capítulo está organizado en siete secciones. En la primera se explica qué es el examen objetivo, sus características, sus ventajas y limitaciones, así como los diversos formatos que se pueden emplear en los reactivos de opción múltiple que los integran; en la segunda, se detallan los pasos para su diseño; en la tercera se brindan algunas sugerencias para llevar a cabo su aplicación; en la cuarta, se proporcionan recomendaciones para realizar, tanto el análisis, como el uso de los resultados que arrojan; en la quinta se incluyen algunos ejemplos; en la sexta se presentan conclusiones y recomendaciones; por último, en la séptima se describen algunos recursos en línea para elaborarlos.

 ¿Qué es?

El examen objetivo es un instrumento de evaluación que se presenta en forma escrita y está integrado por una variedad de reactivos; se le denomina objetivo debido a que solamente existe una respuesta correcta para cada uno de los reactivos que lo integran y el examinado debe elegirla entre un conjunto de opciones, lo cual impide que el juicio o las opiniones del evaluador interfieran al momento de analizar los resultados.

 Algunas de sus características son:

• Objetividad: Únicamente poseen una respuesta correcta, lo cual implica que al obtener los resultados no existe la intervención del juicio del evaluador.

• Validez: Es el grado en el que la evidencia y la teoría apoyan las decisiones que se toman con los resultados. Al realizar un análisis estadístico de los resultados, se puede detectar si la revisión cualitativa de la prueba corresponde con los resultados que arroja.

• Confiabilidad: Se refiere a la precisión y permanencia con la que se obtienen los mismos resultados en diferentes poblaciones en condiciones semejantes, esto quiere decir que al aplicar el mismo instrumento en diversas poblaciones los resultados estadísticos deben ser iguales o muy semejantes.

 

Ventajas:

• Tiene criterios de calificación unívocos y precisos, lo cual permite que los resultados se obtengan de forma rápida y confiable.

• Con él es posible medir el nivel de conocimiento, la comprensión o la aplicación que posee un individuo acerca de un contenido específico.

• Los reactivos que los integran son una muestra representativa y equilibrada de los conocimientos que se desea evaluar, lo cual permite valorar uno o más temas o subtemas en un solo examen.

• Permiten comparar el desempeño de individuos y grupos.

• Es un instrumento flexible que cuenta con una aparente facilidad de elaboración, aplicación y análisis de los resultados.

 

Limitaciones:

• Es posible contestar al azar y acertar a la respuesta correcta, lo cual no quiere decir que los estudiantes, efectivamente, posean el conocimiento.

• Se puede caer en la memorización al momento de responderlos, en ese caso estaríamos evaluando únicamente esta habilidad en los estudiantes.

• Puede existir un entrenamiento previo en los estudiantes para responder por inferencia este tipo de exámenes, de acuerdo a la estructura de los reactivos de opción múltiple.

• Por medio de ellos, solo se puede conocer el resultado final de los aprendizajes esperados, pero no el proceso por medio del cual se llegó a ese resultado.

• Requieren de una realimentación después de los resultados para conocer el porqué de los aciertos y errores, esto con la finalidad de reforzar los aprendizajes esperados.

 

Tipos de reactivos de opción múltiple:

• Cuestionamiento directo: Son aquellos en cuya base o enunciado se plantea una afirmación o pregunta y se debe elegir la opción que responda correctamente a ese planteamiento.

• Completamiento: Son aquellos en cuya base o enunciado se presentan entre una y tres líneas vacías, a fin de que estas se completen de manera correcta al elegir la opción que contenga los elementos que le faltan a la base.

• Apareamiento o relación de columnas: Son aquellos cuya base se compone por dos componentes: una instrucción y dos conjuntos de elementos. La primera indica cómo se debe realizar la relación entre dichos conjuntos (letras con números, generalmente), para, posteriormente, elegir la opción que presenta la respuesta correcta.

• Jerarquización u ordenamiento: Son aquellos cuya base se conforma por dos componentes: una instrucción que solicita ordenar de manera jerárquica o cronológica y un conjunto de elementos que se enlistan de manera desordenada, para posteriormente elegir la opción que presenta el orden correcto.

• Resolución de problemas: Son aquellos en cuya base se plantea un problema que requiere de un proceso para su solución, para posteriormente, elegir la opción correcta que presenta únicamente el resultado final de ese proceso.

• Complementación múltiple: Son aquellos cuya base se compone de dos elementos: una afirmación o pregunta y una lista de elementos, de los cuales, solo algunos son correctos como respuesta, por tanto, se debe elegir la opción que contiene los elementos correctos.

 

¿Cómo lo diseño?

La planeación es el momento en el que se puntualiza una serie de acciones que, llevadas a cabo de manera seriada y ordenada, permiten alcanzar cierto objetivo, en este caso, es la construcción de un examen objetivo con reactivos de opción múltiple, para lo cual es importante considerar dos aspectos: las características del examen en sí mismo y las características de los reactivos de opción múltiple que lo integrarán; eso es lo que a continuación se describe.

 Planeación 

1. Elabore un “Perfil de referencia”

Es un documento en el que se especifica lo siguiente: título y tipo de examen, propósito del examen y temas, contenidos o conocimientos a evaluar. ¿De mi asignatura qué temas, contenidos o conocimientos quiero evaluar y con qué objetivo? *Consultar ejemplos 1 y 2 en las páginas 65 y 66.

El “Perfil de referencia” y la “Tabla de especificaciones” se pueden modificar conforme se elaboren y apliquen distintos exámenes emanados de estos dos documentos, esto depende de los resultados que arroje cada examen.

 

2. A partir de los contenidos o temas seleccionados, elabore una “Tabla de especificaciones”

Es un documento en el que se señalan los resultados de aprendizaje u objetivos, así como el valor o la ponderación que tendrá cada tema asociado con estos en el examen. ¿Específicamente, qué deseo que los estudiantes conozcan acerca de ese tema y en qué medida? Puede establecerse más de un resultado de aprendizaje por tema.

 3. Otorgue el peso o porcentaje para cada tema

El peso o porcentaje para cada tema contenido en la “Tabla de especificaciones”, se otorga de acuerdo al tiempo destinado en clases para revisar los temas, o bien de acuerdo a la importancia que el profesor considera que cada tema tiene en la formación de los estudiantes. Los porcentajes deben sumar 100% para posteriormente, obtener el número de reactivos que integrarán el examen. *Consultar ejemplos 3 y 4 en las páginas 67 y 68.

Los resultados de aprendizaje son afirmaciones que expresan lo que el alumno debe demostrar que sabe; deben ser muy específicos y solo deben evaluar un tema o subtema a la vez, por ejemplo: “Convierte raíces a potencias y viceversa”.

 

4. Para lograr el balance adecuado de contenidos evaluados en el examen, se debe agregar a la “Tabla de especificaciones” el número de reactivos necesarios por tema, de acuerdo al porcentaje previamente otorgado. 

Realice este procedimiento en cada tema  

5. De acuerdo al número de reactivos por tema, elija los resultados de aprendizaje para elaborar los reactivos 

En el caso de que un tema contenga resultados de aprendizaje y, únicamente, se requieran dos reactivos (debido a la ponderación), habrá que elegir qué resultados se prefiere evaluar en esta ocasión.

 

6. Elabore los reactivos para cada resultado de aprendizaje a evaluar de acuerdo a la “Tabla de especificaciones”

Pase a la sección “Componentes de un reactivo de opción múltiple” que se ubica en la página 60.

Para que un reactivo pueda ser utilizado en un examen definitivo, es necesario que cuente con ciertos criterios de calidad tanto a nivel cualitativo como psicométrico o cuantitativo, en esto radica la importancia y utilidad de los exámenes piloto.


7. Integración y aplicación de un examen piloto

Un examen piloto es aquel que está integrado por reactivos nuevos, por tanto, nunca han sido aplicados. Este examen sirve para evaluar la validez y confiabilidad de los reactivos que lo integran, para que posteriormente se puedan realizar cambios en ellos, a fin de ser utilizados en un examen definitivo o bien, desecharlos si no cumplen con los criterios de calidad requeridos.

Los pasos 7 y 8 de esta metodología se usan para exámenes masivos y de alto impacto, es decir, con grandes cantidades de sustentantes; en el caso de tener grupos de entre 20 a 50 estudiantes, se sugiere omitirlos.


 

8. Calibración de reactivos

La calibración es un proceso cuantitativo que consiste en el análisis de los resultados de la aplicación del reactivo, mediante una serie de teorías psicométricas y estadísticas que cuentan con parámetros métricos, formalmente establecidos; la finalidad de este proceso es verificar la validez y confiabilidad del reactivo en términos cuantitativos.

La “Teoría de Respuesta al Ítem” (TRI) se utiliza para determinar los parámetros psicométricos de cada uno de los reactivos que componen un examen independientemente de su relación con el total de los reactivos que la integran.

 

 

9. Integración del examen definitivo de acuerdo con la “Tabla de especificaciones”

Considerando los reactivos que hayan logrado estándares psicométricos adecuados y de acuerdo a la ponderación de los temas seleccionados en la “Tabla de especificaciones”, se seleccionan los reactivos que integrarán el examen definitivo para ser aplicado y realizar nuevamente el proceso de calibración del examen.

*Consultar ejemplo 5 en la página 68.

 

10. Integración y resguardo de la cadena de respuestas del examen definitivo

Es importante que una vez que el examen definitivo quede integrado, se resguarde de manera separada la cadena de respuestas correctas del examen, esto agilizará el proceso de calibración y calificación final del mismo.

 

11. Integración de un “Banco de reactivos”

Un “Banco de reactivos” consiste en concentrar los reactivos nuevos y utilizados con anterioridad en un solo espacio (ya sea virtual o carpetas en formato impreso) que permite tenerlos ordenados y clasificados por temas, resultados de aprendizaje y calibración, en caso de los reactivos ya utilizado.

El “Banco de reactivos” puede ser físico, en alguna carpeta o carpetas por tema y resultado de aprendizaje, o puede ser un espacio virtual que permite almacenar una gran cantidad de reactivos.

Para obtener mejores resultados en las evaluaciones del examen definitivo, es recomendable no utilizar el mismo examen más de una vez, es conveniente variar las preguntas que integren el examen y utilizar reactivos nuevos siempre que sea posible.

 

 

Componentes de un reactivo de opción múltiple

1. Identifique y comprenda lo que solicita el resultado de aprendizaje.

¿Qué es lo que se espera que demuestre saber el examinado al responder el reactivo?

Un reactivo de opción múltiple es la unidad mínima de análisis de un examen conformado por una base o enunciado y una serie de opciones que son las respuestas posibles.

 

2. Identifique el nivel cognitivo en el que se debe redactar el reactivo: conocimiento, comprensión o aplicación.

Existen verbos que corresponden a cada uno de los niveles cognitivos, esto con la finalidad de ubicar el proceso mental que se espera del examinado al responder el reactivo.

 

3. Defina el tipo de reactivo que es más apropiado para ese resultado de aprendizaje.

Entre los tipos de reactivos de opción múltiple se pueden considerar: pregunta directa, completamiento, relación de columnas, orden cronológico o por etapas, entre otros.* Consultar ejemplo 6 en la página 69

 

Tabla 1. Niveles cognitivos 

Nivel cognitivo

Verbos sugeridos

Contenido

Conocimiento

Define...

términos, información, propiedades, fenómenos

Identifica...

características, clasificaciones, símbolos, secuencias, relaciones, tipos

Enumera...

teorías, métodos, técnicas, enfoques, estructuras

Comprensión

Traduce, Transforma, Ilustra, Parafrasea...

significados, ejemplos, abstracciones, representaciones, frases, enunciados, complejos

Ordena, Clasifica...

relaciones, cualidades, conclusiones, implicaciones, efectos, factores, ramificaciones

Diferencia, Distingue...

principios, leyes, conclusiones, efectos, métodos, teorías, situaciones, generalizaciones, procesos, fenómenos, procedimientos

Aplicación

Selecciona...

principios, leyes, conclusiones, efectos, métodos, teorías, abstracciones, situaciones, procesos, procedimientos

Emplea...

Calcula...

Resuelve...

Toma decisiones...

Interpreta...

Fuente: Elaboración propia, basado en: Bloom, B ., et al. (1974).

 

 4. Redacte la base o enunciado del reactivo.

Defina si esta será una afirmación, una pregunta, una instrucción, etc., y si con[1]tendrá únicamente texto o también algunas imágenes.

 

5. Redacte la respuesta correcta en alguna de las opciones de respuesta y después redacte los distractores en las opciones restantes.

Es deseable que los distractores y la respuesta correcta sean de la misma longitud y no incluir términos que se encuentren en el enunciado; las opciones incorrectas deben ser lógicas y con la misma estructura gramatical que la respuesta correcta.

La base del reactivo y las opciones de respuesta deben tener una correspondencia con el tema y resultado de aprendizaje.

 

 

A continuación, le presentamos una lista de cotejo desarrollada por Alpuche-Hernández, Flores-Hernández, Martínez-González y Rivera-Jiménez (2016) con criterios específicos que le ayudarán a asegurar la validez de los reactivos que elabore. 

Lista de cotejo para la verificación de la validez de un reactivo 

Factores a considerar

Criterios de validez

S

N

Comprensión del reactivo

¿La cantidad de texto en la base es adecuada para su comprensión?

 

 

¿La pregunta o instrucción se encuentra redactada con claridad?

 

 

¿El reactivo cuenta con una gramática, puntuación y ortografía correctas?

 

 

¿La base del reactivo plantea la idea central?

 

 

Contenido del reactivo

¿El reactivo presenta un solo resultado de aprendizaje?

 

 

¿El reactivo presenta un solo contenido temático?

 

 

¿La semántica utilizada está de acuerdo con el contenido del programa académico?

 

 

Precisión del reactivo

¿El reactivo cuenta únicamente con una respuesta correcta?

 

 

¿Las opciones de respuesta son independientes entre sí?

 

 

¿El contenido evaluado está en relación con la especificación del reactivo?

 

 

Redacción de opciones de respuesta

¿Las opciones son similares en cuanto a estructura gramatical, contenido y extensión?

 

 

¿Las opciones evitan dar pistas sobre la respuesta correcta?

 

 

¿Los distractores son plausibles, es decir, no se descartan por inferencia lógica o sentido común?

 

 

¿El reactivo cuenta con tres o cuatro opciones de respuesta?

 

 

 

¿Cómo lo aplico?

• Es deseable que la aplicación sea en un espacio ventilado, limpio y correctamente iluminado, así como contar con el tiempo suficiente para responder a cada uno de los reactivos.

Se recomienda entregar el examen al terminar de dar las instrucciones, pues generalmente, si se entrega antes, los examinados comienzan a revisarla y no ponen atención a las instrucciones.

 • Al inicio de la aplicación se deben dar las instrucciones claras y precisas para responder el examen. Es importante establecer el tiempo con que se cuenta para responder, resaltar la importancia de colocar su nombre completo en este, si se debe contestar con alguna herramienta en específico (lápiz, pluma, etc.) y si se puede hacer uso de algún apoyo para responderlo (calculadoras, tablas periódicas, traductoras, tablets, cuadernos de apuntes, etc.).

 • Se debe mencionar que es un examen de carácter individual y cuál es el objetivo de su aplicación.

 • Es importante que los examinados lean con cuidado el reactivo antes de responderlo.

En caso de que la duda o comentario afecte de forma general las respuestas del examen (es decir que exista algún error en algún reactivo), es fundamental que se realice una aclaración de forma grupal, o bien solicitar que no respondan ese reactivo.

 • Durante la aplicación pueden surgir dudas o comentarios respecto a la redacción, orden o contenido de los reactivos, por ello, es recomendable pedirles a los examinados que si surge cualquier tipo de duda o comentario durante la aplicación, levanten la mano para que de forma individual y sin alterar el orden del grupo, se hagan las aclaraciones pertinentes.

 • Mantener la disciplina en el grupo antes y durante la aplicación es benéfico en dos sentidos, ya que permite que los examinados comprendan y ejecuten adecuadamente las instrucciones que se les dieron para responder el examen, además, facilita que la lectura y la concentración sean adecuadas para obtener mejores resultados.

 • Se recomienda que conforme vayan terminando de responder el examen, lo entreguen, y después de revisar que esté completo (nombre y respuestas), desocupen el espacio para no generar ningún tipo de distracción a los que aún se encuentran realizándolo.

Es deseable concentrar los exámenes en un solo lugar una vez concluidos todos y resguardarlos para su revisión y análisis.

Es importante asegurarse de que ningún examinado extrajo la prueba del lugar o bien, tomó algunas fotografías de la misma, ya que es un instrumento de carácter confidencial.

  

¿Cómo analizo sus resultados?

• Los resultados obtenidos en este tipo de instrumento nos permiten medir el grado de conocimiento, comprensión o aplicación que ha alcanzado el alumno con respecto al contenido de la asignatura en uno o varios temas.

 • Al ser un instrumento de carácter objetivo y cuantitativo, es necesario obtener los resultados a partir de un conjunto de operaciones matemáticas que nos arrojen, no solo el grado individual de desempeño de los estudiantes, sino también del grupo en general y del comportamiento de cada uno de los reactivos que se usaron en la prueba; ello permite probar los reactivos con la finalidad de incrementar su precisión, validez y confiabilidad, es decir, que midan lo que se pretende medir con cada uno de ellos.

 • El análisis de los resultados en el caso de aplicaciones masivas de exámenes objetivos se realiza por medio del uso de programas de software, los cuales permiten que, al introducir la cadena de respuestas correctas y leer las cadenas de cada uno de los examinados, el software realice equiparaciones o cálculos de corte estadístico que nos arrojen datos tales como: la dificultad de cada uno de los reactivos, el comportamiento de cada uno de los distractores en cada reactivo, la discriminación en las respuestas de los examinados, entre otros.

 • Es importante considerar que si el alumno sabe que solamente será evaluado con un examen objetivo que cubrirá ciertos temas, únicamente se esmerará en memorizar el contenido a evaluar, lo cual entorpece el proceso de aprendizaje.

Por ello, es importante que el examen esté balanceado a fin de evaluar conocimiento, comprensión y aplicación y además de lo anterior, que este tipo de instrumento se complemente con algunos de carácter cualitativo, así se podrá tener mayor certeza de que el estudiante no solo memorizó los contenidos a fin de obtener una buena calificación en el examen.

  

Conclusiones y recomendaciones

• Un examen objetivo correctamente elaborado puede ser utilizado como instrumento de selección o diagnóstico de tipo formativo o sumativo en función de una asignatura o programa de estudios.

• Sus características principales son la objetividad, la validez y la confiabilidad.

• Se requiere elaborar un perfil de referencia y una tabla de especificaciones para comenzar a utilizarlo, esto, con la finalidad de determinar los aprendizajes esperados que se desean evaluar a través de este instrumento.

• Es muy importante cuidar la aplicación, pues cualquier descuido puede afectar directamente en los resultados.

• Es muy importante evaluar de manera periódica y de forma cualitativa y cuantitativa los reactivos que integran el examen, pues esto permite mejorar el instrumento de una manera más integral. 

8.10.23

La evaluación como oportunidad

La evaluación como oportunidad 

Rebeca Anijovich

Graciela Cappelleti


LOS SABERES NECESARIOS PARA EVALUAR

En este apartado no nos referiremos a los conocimientos disciplinares y acerca de la

enseñanza que consideramos necesario que un docente ponga en juego para evaluar

mejor. Siguiendo a Darling-Hammond (2012: 3), aludiremos a las cualidades que el

docente debe tener o desarrollar para evaluar de un modo más adecuado. La autora

citada distingue y caracteriza las cualidades del docente como “el conjunto de rasgos

personales, de habilidades y de comprensión que un individuo aporta a la enseñanza,

incluida su predisposición a comportarse de ciertas formas” y señala la importancia de las

siguientes cualidades:

Un sólido conocimiento del contenido relacionado con lo que se debe enseñar;

conocimientos sobre la forma de enseñar dicha materia (contenido pedagógico) y

habilidad para adoptar prácticas pedagógicas y de evaluación productivas; la

comprensión sobre el aprendizaje y del desarrollo de los estudiantes, incluidos

aquellos que presentan diferencias o dificultades en el aprendizaje, y sobre cómo

apoyar el aprendizaje del lenguaje y del contenido en quienes presentan deficiencias

en el idioma en que se enseña; una habilidad general para organizar y explicar ideas,

así como para establecer diagnósticos mediante la observación y la reflexión; y una

capacidad de adaptación que permita a los profesores encontrar las soluciones

adecuadas para atender las necesidades de los estudiantes en un entorno específico

(Darling-Hammond, 2012: 3).

Los aspectos mencionados en esta cita pueden considerarse como principios en el

marco de los cuales habría que trabajar para el diseño de situaciones de evaluación (y de

enseñanza). Si bien es posible comenzar a aplicarse sobre estos saberes en la formación

del profesorado, resulta central meditar sobre ellos en el ejercicio de la profesión docente.

Los espacios compartidos de trabajo y asesoramiento que se realizan en las escuelas –

entre pares, con equipos de coordinación y asesores, con equipos directivos o entre todos

ellos– son fundamentales para sostener la práctica reflexiva en general y mucho más en

un tema tan escabroso como la evaluación. Como propone Perrenoud (2004), quizás la

única manera de ser un buen docente es aceptando que es preciso adoptar una actitud

reflexiva que nos permita hacer consciente la forma en que entendemos el aprendizaje y

nos ayude a cuestionarla.

En el intento de sistematizar aspectos que presenten contribuciones prácticas para

pensar los saberes requeridos a la hora de evaluar, expondremos otro de los aportes de

Darling-Hammond (2012). En el mismo trabajo, la autora se refiere a criterios que

deberían tenerse en cuenta para realizar evaluaciones de desempeño sobre los docentes y

menciona algunos aspectos que reformulamos con el fin de identificar tareas que sea

posible llevar adelante a la hora de evaluar, en pos de mejorar la puesta en juego de

procesos de evaluación de los aprendizajes.

Seguimiento y observación del trabajo cotidiano de los estudiantes. Si bien este

aspecto será abordado a lo largo de todos los capítulos, nos parece central señalar

que, superando la práctica y las concepciones tradicionales, debemos pensar en la

evaluación de los aprendizajes sin reducirla a la administración de pruebas, aun

cuando estas hayan sido diseñadas pertinentemente y cumplan con los criterios de

validez y confiabilidad. (3) La referencia al proceso de observación como fuente

de análisis no es menor: este puede realizarse libre e incidentalmente, o bien

mediante grillas de observación en las que se determinan criterios que orientan la

mirada. Si bien este proceso de observación está generalmente a cargo del

docente, resulta deseable favorecer ejercicios de co-evaluación, en los que son los

estudiantes mismos quienes observan y retroalimentan el trabajo del otro.

Análisis de los logros y progreso del estudiante en un programa o asignatura

definidos. Los resultados de las pruebas, así como el análisis de producciones

realizadas, brindan evidencias acerca de los logros alcanzados por cada alumno y

también del grupo de alumnos de la clase. Pero, puesto que entendemos que en

las instituciones educativas las aulas son heterogéneas, resulta relevante además

considerar los progresos de cada estudiante, analizando el trayecto recorrido. Por

otra parte, pueden considerarse los procesos de los grupos de estudiantes en el

marco de la clase, dado que brindan insumos para la revisión de la enseñanza.

Análisis de las calificaciones obtenidas en las distintas evaluaciones. Este

análisis también colabora en la reconstrucción de las trayectorias referidas en el

apartado anterior.

Uso de documentación audiovisual, de ser pertinente y estar disponible.

Entendemos que este criterio puede resultar sofisticado, pero existen numerosas

experiencias de aula de distintos niveles educativos en las que se registra –por

ejemplo, a través de las cámaras de teléfonos celulares– el desempeño de los

estudiantes en la realización de algún procedimiento o las reflexiones a las que

arriban luego de realizar y analizar sus trabajos. Sugerimos sumar estas

propuestas a otras prácticas, dado que las evidencias que proporcionan resultan

muy ricas en el enfoque de la evaluación para el aprendizaje.

Análisis de las autoevaluaciones de los alumnos. Se plantea aquí la lectura

profunda de las reflexiones de los estudiantes, dado que puede permitir

comprender tanto las potencialidades del recorrido de enseñanza y aprendizaje

como las dificultades o las ventajas de cada uno de los alumnos.

Realización de reuniones de monitoreo de los aprendizajes y evaluaciones en

conjunto con los alumnos. Nuevamente, este aspecto intenta fortalecer la idea de

las distintas situaciones en el marco de las cuales se puede recoger evidencia de

los aprendizajes de los estudiantes. Pensar en realizar reuniones de evaluación

con los alumnos puede resultar inquietante, pero es cuestión de empezar a hacer

de esto una práctica menos extraordinaria, con la convicción de que ofrecerá una

instancia favorecedora para el desarrollo de estrategias metacognitivas. Cabe

aclarar que, para que tengan un verdadero impacto, estas reuniones deben

realizarse en forma sistemática y no de modo incidental.

Selección de trabajos de los alumnos que ilustren el desarrollo y los logros de

sus desempeños. Uno de los modos de explicitar y dar cuenta de los logros

alcanzados por un alumno es la selección de producciones realizadas, que pueden

compilarse en un portafolios de evidencias. Esta identificación y selección de

trabajos puede realizarla el docente, el alumno, o ambos.

Capacidad para ofrecer retroalimentación a los estudiantes. Si bien este tema

será abordado en el capítulo 3, no puede dejar de mencionarse que la

retroalimentación es una de las prácticas más relevantes a la hora de “devolver”

una prueba o un trabajo realizado.

Entendemos que es posible llevar adelante estas tareas, o algunas de ellas, en forma

sistemática. De ese modo, las prácticas de evaluación de los aprendizajes podrán

transformarse en prácticas de evaluación para el aprendizaje.

A fin de cerrar este apartado, y con la intención de vincular las concepciones de los

docentes acerca de la evaluación con las buenas prácticas de evaluación, nos referiremos

al trabajo de Vergara Reyes (2011) sobre las concepciones de la evaluación del

aprendizaje en docentes cuyo desempeño en la práctica diaria ha sido considerado

óptimo. El autor realiza un estudio de casos con cuatro docentes que consideran la

evaluación como una parte esencial del proceso de enseñanza y destacan la relación entre

las actividades de aprendizaje y las de evaluación, el valor de la participación del alumno

y el carácter central de la autoevaluación y la evaluación entre pares. Los profesores

cuya práctica se ha estudiado describieron la evaluación no como un obstáculo, sino

como una tarea que posibilita la mejora de sus propias estrategias de enseñanza.

Sin embargo, no queremos soslayar que, en este mismo trabajo, Vergara Reyes releva

en las entrevistas que, para los docentes, la evaluación que realizan no siempre se

corresponde con sus ideas acerca de ella, dado que en muchas ocasiones las actividades

y rutinas del día a día, probablemente relacionadas con las exigencias administrativas y la

falta de tiempo, fuerzan prácticas mecánicas de evaluación a través de la aplicación de

instrumentos enfocados principalmente en los conocimientos. Por tanto, compartimos

con el autor mencionado que es preciso a la vez repensar las tareas, las exigencias y las

responsabilidades que los docentes deben asumir en la institución escolar, y que tanto el

equipo directivo como otros actores de la gestión escolar deberían asumir el desafío de

favorecer las condiciones necesarias para que los profesores puedan realizar los mejores

procesos de evaluación posibles.

EL USO DE LAS EVALUACIONES PARA MEJORAR

LA ENSEÑANZA

Sin dudas, muchos de los profesores están interesados en la mejora continua de la

enseñanza y de los resultados de aprendizaje de sus estudiantes, y consideran la

información que recogen de las evaluaciones como parte de una retroalimentación

formativa, tanto para sus modos de enseñar como para contribuir a mejorar los

aprendizajes de los alumnos. Ahora bien, cabe señalar que muchos profesores no

acostumbran utilizar los resultados de las pruebas tomadas en sus propias clases y los que

arrojan las evaluaciones institucionales o las pruebas nacionales para reflexionar sobre los

aprendizajes alcanzados y los pendientes, ni sobre sus prácticas de enseñanza.

Entre las razones por las cuales no se utilizan los datos de las evaluaciones, Smith

(2008) menciona la falta de motivación de los docentes para mejorar sus clases, que los

lleva a no legitimar los datos. Este autor se refiere entonces a una cuestión actitudinal.

Otro motivo que enuncia es que los profesores consideran que los datos de las

evaluaciones tienen un propósito sumativo: solo brindan información de los aprendizajes;

en consecuencia, no los valoran para mejorar la enseñanza. El investigador cree que no

alcanza con ofrecerles estrategias para usar los datos de la evaluación si no están

motivados para mejorar sus modos de enseñar. Entre las evaluaciones se podrían

considerar las que realizan los estudiantes sobre el desempeño de los docentes. Smith

(2008) señala que esa información no es valorada por los docentes, ya que uno de los

mitos investigados al respecto es que los estudiantes no evalúan en forma adecuada, por

la subjetividad de sus juicios de valor y la relación con la aprobación o desaprobación de

la materia. En esa misma línea, otra de las barreras es que piensan que son

suficientemente buenos. Si bien estas afirmaciones pueden resultar poco amigables,

seguramente vendrán a nuestras mentes algunos ejemplos concretos de su existencia. En

una línea de investigación similar, Benton y Cashin (2012) mencionan que los docentes

perciben que solicitarles a los estudiantes que los evalúen es incorrecto como proceso,

dado que el entramado de las relaciones entre docentes y alumnos condiciona las

respuestas.

Pero, más allá de estas consideraciones que ponemos a disposición, nos interesa

compartir algunos modos de favorecer la reflexión sobre los resultados de las

evaluaciones. Clinton Golding y Lee Adam (2016) proponen algunas preguntas que se

pueden utilizar para que los docentes piensen sobre el uso de los datos proporcionados

por las evaluaciones. La formulación de alguna/s de ellas puede colaborar con la

construcción de dispositivos enmarcados en la evaluación para el aprendizaje:

¿Cómo recoge usted información de las evaluaciones?

¿Qué preguntas se formula?

¿Cómo interpreta o analiza las evaluaciones?

¿Cómo decide qué hacer en base a las informaciones recogidas?

¿Cómo decide qué cambios promover en sus clases en base a las evaluaciones?

¿Cómo planea sus clases con la información recogida?

Edström (2008) considera que, habitualmente, las informaciones solo se utilizan para

resolver algún problema, a modo de “alarma de incendio”. De esta manera, los resultados

se toman en cuenta si no son buenos. El problema con el modo “alarma de incendio” es

que no promueve un enfoque formativo de la evaluación. Los profesores que trabajan en

este marco de propuestas con un enfoque reflexivo sistemático entienden la enseñanza

como una actividad dinámica, en proceso, de forma que todas las informaciones que

recogen los ayudan a pensar en cómo mejorar lo que hacen. Esta manera de considerar

sistemáticamente las informaciones recogidas identifica a docentes que están pendientes

de mejoras en sus maneras de enseñar en lugar de buscar “excusas” en los alumnos, la

escuela, el sistema y las circunstancias. Por supuesto, también consideran las sugerencias

de los estudiantes que los invitan a reflexionar sobre su tarea.

Según Eisner (1999: 6),

las pruebas de desempeño nos ofrecen una ocasión para desarrollar maneras de

revelar los rasgos característicos de estudiantes individuales. Nos brindan una

oportunidad de obtener información sobre el aprendizaje que pueda ayudar a mejorar

la calidad, tanto de la currícula como de la enseñanza. En síntesis, nos da una

oportunidad para utilizar la evaluación de manera formativa y tratarla como un

recurso educacional. Pero si no cambian las actitudes del público y las expectativas

sobre la enseñanza, es poco probable que se materialicen estas oportunidades y es

poco probable que cambien sin la revisión de las políticas que afectan la movilidad

educacional y social de los alumnos en las escuelas.

No es nuestra intención omitir la consideración de los contextos culturales, sociales e

históricos donde se llevan adelante las prácticas de enseñanza y de evaluación: por

supuesto que en mejores condiciones existen altas posibilidades de poner en juego

propuestas como las que planteamos. Sin embargo, en esta obra buscamos ofrecer ideas,

conceptos y herramientas que permitan interpelar los saberes (y concepciones y

creencias) de los educadores que nos lean, que promuevan diálogos e intercambios y la

elaboración de propuestas significativas a la hora de evaluar.


1- Diccionario de la Lengua Española, edición del tricentenario, disponible en: <dle.rae.es>; última consulta:

3/02/2016.

2- Recomendamos la lectura del texto referido para profundizar en esta problemática.

3- Puede revisarse la conceptualización sobre los criterios de validez, confiabilidad, practicidad y utilidad que

se ponen en juego en las evaluaciones en el capítulo 3 de Camilloni y otros (1998).


Evaluación del aprendizaje y para el aprendizaje - Reinventar la evaluación en el aula

Evaluación del aprendizaje y para el aprendizaje - Reinventar la evaluación en el aula

Tiburcio Moreno Olivos

 El conocimiento y las habilidades que los profesores necesitan Siguiendo los planteamientos de Heritage (2007), para emplear la evaluación formativa con éxito en el aula, los profesores requieren contar con una serie de conocimientos específicos y habilidades. Cuatro elementos básicos del conocimiento del profesor son críticos: 1) conocimiento del campo disciplinar, 2) conocimiento del contenido pedagógico, 3) conocimiento del aprendizaje previo de los alumnos, y 4) conocimiento de la evaluación. 

1) Conocimiento del campo disciplinar. Los profesores deben conocer los conceptos, conocimientos y habilidades que serán enseñados dentro de un dominio, los precursores necesarios para que los alumnos los adquieran y qué se considera una actuación exitosa en cada uno. Con este conocimiento, ellos son capaces de definir una progresión de aprendizaje de submetas hacia el aprendizaje deseado que actuará como el marco para guiar la evaluación y la enseñanza. Una progresión suficientemente detallada también puede suplir los criterios de éxito para reconocer cuando los alumnos han demostrado una actuación exitosa, y cuando no la tienen y requieren ser provistos con retroalimentación sustantiva.

2) Conocimiento de contenido pedagógico. Para adaptar efectivamente la enseñanza al aprendizaje del alumno, el conocimiento de contenido pedagógico de los profesores debe incluir familiaridad con múltiples modelos de enseñanza que permitan el logro en un dominio específico, y debe también tener conocimiento acerca de qué modelo de enseñanza es apropiado y para qué propósito. Como se señaló, el vacío entre el estado actual y las metas del aprendizaje difieren de un alumno a otro, así que los profesores necesitan estrategias de enseñanza diferenciadas y un conocimiento de cómo usarlas en el aula. Para apoyar la autoevaluación del alumno, los profesores también requieren estar familiarizados con distintos modelos de enseñanza, de procesos metacognitivos y habilidades de autoevaluación. 

3) Conocimiento del aprendizaje previo de los alumnos. Si los profesores están construyendo sobre el aprendizaje previo del alumno, necesitan saber cuál es ese aprendizaje previo. El aprendizaje anterior del alumno incluye: 1) su nivel de conocimiento en un área de contenido específico, 2) su comprensión de conceptos en el área de contenido específico (por ejemplo, el grado con el que ellos pueden hacer generalizaciones mediante un proceso de abstracción de un número de ejemplos discretos), 3) el nivel de sus habilidades específicas para el área de contenido (por ejemplo, la capacidad o competencia para ejecutar una tarea), 4) las actitudes de los alumnos que se están desarrollando (por ejemplo, el interés que muestran, y sus niveles de iniciativa y autoconfianza), y 5) su nivel de competencia de lenguaje.

4) Conocimiento de la evaluación. Los profesores necesitan conocer un conjunto de estrategias de evaluación formativa para que puedan ampliar las oportunidades de obtener evidencia del desempeño de los alumnos. Además, aunque las estrategias de evaluación formativa no siempre satisfacen aceptables estándares de validez y confiabilidad, los profesores necesitan entender que la calidad de la evaluación es un asunto importante. El punto primordial por consecuencia es la validez. Considerando que el propósito de la evaluación formativa es promover un nuevo aprendizaje, su validez depende de que éste se produzca en la enseñanza futura. Los profesores también necesitan saber cómo alinear las evaluaciones formativas con las metas de enseñanza, y asegurar que la evidencia de la evaluación formativa y las inferencias que hacen de ella tienen la calidad suficiente como para permitirles entender dónde está el alumno a lo largo de su progreso de aprendizaje. Finalmente, los profesores necesitan saber que sus propias evaluaciones del aprendizaje no son las únicas fuentes de evidencia disponibles; la autoevaluación del alumno y las evaluaciones de pares, ofrecen oportunidades importantes para conocer el actual estado del aprendizaje.

Además de un conocimiento de base apropiado, la implementación exitosa de la evaluación formativa requiere del docente habilidades específicas. Los profesores necesitan ser capaces de: I) crear en el aula condiciones que permitan una evaluación exitosa, II) enseñar a los alumnos a evaluar su propio aprendizaje y el aprendizaje de otros, III) interpretar la evidencia, y IV) ajustar su enseñanza al vacío de aprendizaje del educando (Heritage 2007).

A continuación se especifica en qué consisten cada una de estas habilidades:

I) Crear las condiciones. Si los alumnos se van a implicar en la evaluación, dos cosas necesitan ocurrir: 1) Los profesores deben crear una cultura de aula que apoye la autoevaluación y la evaluación de pares. Esto significa que el aula es vista como un lugar donde todos los alumnos sienten que son respetados y valorados y que ellos tienen una contribución importante que hacer y; 2) Los alumnos deben tener las habilidades para construir una comunidad de aprendices, caracterizada por un reconocimiento y apreciación de las diferencias individuales. Las normas sociales del aula como escuchar respetuosamente al otro, responder positiva y constructivamente, y apreciar los niveles de habilidad diferentes entre pares, capacitará a todos los alumnos para sentirse seguros en el ambiente de aprendizaje y aprender con y desde el otro. Pero sobre todo, los profesores necesitan adquirir las habilidades para modelar las normas de seguridad del aula mediante su propia actuación.

II) Autoevaluación del alumno. Los profesores deben enseñar a los alumnos a evaluar su propio aprendizaje y el aprendizaje de otros. Esta participación ayuda a los alumnos a establecer metas y criterios para el éxito, a reflexionar sobre su propia comprensión y la de otros, y evaluar el aprendizaje de acuerdo a los criterios establecidos. Las estrategias para implicar a los alumnos en la autoevaluación pueden ser tan simples como pedirles que reflexionen sobre su actuación mediante preguntas tales como: ¿Piensas que tu respuesta demostró comprensión? Si es así, ¿por qué piensas esto?; si no es así, ¿por qué piensas que no demostraste comprensión? Desde esta base, los alumnos pueden aprender a ser más independientes y reconocer cuándo no entienden, cuándo necesitan hacer algo más, y qué pueden hacer para mejorar.

Las habilidades del profesor también incluyen ayudar a los alumnos a aprender a dar retroalimentación constructiva a sus compañeros, lo que puede facilitar un crecimiento futuro. Desde el principio se pueden emplear frases como: “no fue claro para mí cuando…” o “yo no entendí su punto acerca de…”, lo que permitirá a los alumnos progresar hacia un detallado análisis de la actuación de sus compañeros en contra de criterios específicos. 

Una vez más, los profesores deben modelar todo esto en el aula de modo que los alumnos vean que colaboran con su profesor y sus pares, en desarrollar una comprensión compartida de su aprendizaje actual y lo que necesitan hacer para avanzar.

III) Interpretar la evidencia. Las habilidades de los profesores en hacer inferencias de las respuestas de los alumnos son cruciales para la efectividad de la evaluación formativa. Antes que la estrategia de evaluación –observación, diálogo, pedir una demostración o una respuesta escrita– los profesores deben examinar las respuestas de los alumnos desde la perspectiva de lo que ellas revelan acerca de sus concepciones, ideas erróneas, habilidades 

y conocimientos. Esto implica un cuidadoso análisis de las respuestas en relación con los criterios para el éxito que han sido establecidos. En esencia, los profesores necesitan inferir cual es “justo el vacío correcto” que está entre el aprendizaje actual y las metas deseadas, identificando la comprensión emergente de los alumnos o las habilidades, de suerte que ellos puedan construir sobre éstas, modificando la enseñanza para facilitar el progreso. 

El análisis de las respuestas de los alumnos tiene lugar en diferentes espacios de tiempo, dependiendo del método de evaluación. En las evaluaciones al vuelo, los profesores tienen que hacer inferencias de un momento a otro. En una evaluación situada en el currículum, el análisis del trabajo del alumno sucederá después de la clase y se requiere de más tiempo para realizar el examen o reconocimiento. En ambos ejemplos, la importancia del conocimiento del tema para el análisis es perentorio, pues el éxito del análisis depende totalmente de esto. Si se carece de un sólido conocimiento del tema, existe el riesgo de que el análisis del profesor se centre en aspectos superficiales del aprendizaje a expensas de niveles más profundos de comprensión. Un análisis poco preciso del estado de aprendizaje del alumno conducirá a errores en las próximas etapas de la enseñanza.

El análisis de las respuestas también proporciona el contenido o la sustancia para la retroalimentación de los alumnos. Los profesores necesitan habilidades para traducir sus análisis en retroalimentación clara y descriptiva, ajustada con los criterios de éxito, que pueda ser usada por los alumnos para fomentar su aprendizaje.

IV) Ajustar la enseñanza al vacío. Ya hemos dicho que el vacío es la brecha que existe entre el estado actual de aprendizaje del alumno y la meta de aprendizaje deseada. Si los pasos sucesivos de la enseñanza para llenar el vacío son demasiado difíciles para el alumno, es previsible que surja la frustración y si son demasiado fáciles, el aburrimiento y el descontento parecen inevitables. 

Por lo tanto, los profesores necesitan habilidades para traducir sus interpretaciones de los resultados de evaluación en acciones de enseñanza que se correspondan con las necesidades de aprendizaje de sus alumnos. Esto implica seleccionar experiencias de aprendizaje que contengan demandas apropiadas para el alumno y ordenarlas de modo que cada elemento sucesivo encamine al educando hacia la realización del resultado deseado. Para poder cubrir el vacío en las próximas etapas de aprendizaje, son importantes las habilidades de andamiaje del profesor, entre las cuales se encuentra decidir sobre las estrategias apropiadas, que deben ser complementadas con sus habilidades para ejecutarlas. Su labor es garantizar que el alumno reciba el apoyo apropiado, de suerte que el nuevo aprendizaje se internalice progresivamente, y al final se convierta en parte del logro independiente del alumno.

El ajuste de la enseñanza con el vacío de aprendizaje identificado, no se podrá lograr de forma efectiva sin una enseñanza diferenciada en el aula. En un aula justo el vacío correcto de un alumno no siempre será el mismo de otro, desde luego esto no es práctico, pues difícilmente en las condiciones actuales los profesores podrían comprometerse con una enseñanza individualizada. Sin embargo, una buena estrategia puede consistir en que el profesor ofrezca una lección para toda la clase que provea andamiaje para un rango de niveles de aprendizaje, mientras forma subgrupos para la enseñanza, asigna actividades individuales, y emplea una combinación de enfoques didáctico y exploratorio que ayuden a acomodar las diferencias que existen en el grupo-clase.



1.10.23

Develando los criterios de la evaluación.

Develando los criterios de la evaluación.

El concurso

En una escuela primaria, se organiza un concurso para los grados superiores acerca de la vida y obra de un escritor argentino y su contribución al campo de la literatura. El reglamento establece que los alumnos pueden presentar trabajos escritos en forma individual o en grupos de hasta tres y con pseudónimo. Integrado por 2 profesores de materias especiales, el vicedirector, 2 padres y un escritor externo a la escuela, el jurado trata de ponerse de acuerdo acerca del análisis de los trabajos y de los criterios que establecerán para su lectura y evaluación. La tarea del jurado no resulta sencilla. Algunos de sus miembros sostienen el siguiente diálogo:

-propongo tener en cuenta la extensión de los trabajos, porque nos permitirá verificar la cantidad de información buscada por los alumnos.

-estoy de acuerdo, pero sugiero que hagamos una distinción entre aquellos aportes informativos más novedosos.

-yo propongo el criterio de originalidad, tanto en el contenido como en su modo de organización y presentación.

-pienso que, lo más importante, es la coherencia del texto.

-sugiero tomar en cuenta los aportes personales, las opiniones y las preguntas que los alumnos incluyan en el trabajo.

 

En el caso del concurso, se evidencian varios problemas para valorar los trabajos de los estudiantes:

·         La ausencia de criterios establecidos previamente a la producción de los trabajos realizados por los alumnos; dichos criterios permitirían establecer acuerdos acerca de qué mirar y qué valorar al recibir los escritos. Este vacío deja un espacio abierto para que la subjetividad se instale de manera decisiva.

·         La disparidad de criterios demostrada por los miembros del jurado, porque cada uno privilegia algún aspecto de los trabajos a partir de sus intereses, experiencias, saberes, creencias y supuestos.

·         El hecho de no tener los criterios definidos con claridad y anticipación perjudica su transmisión, por lo que se genera una desorientación sobre lo que se espera y sobre cómo saber si se está procediendo correctamente.

 

El curso al que nos referimos al inicio no es el único caso en el que aparecen dudas, intercambios y discusiones sobre la calificación de un trabajo, la valoración de la producción los desempeños. Es habitual que en las escuelas haya problemas -más o menos explícitos- a la hora de ponderar las evaluaciones de los alumnos, muchas de ellas, teñidas de oscuridad, falta de transparencia, con un alto grado de subjetividad y ausencia de criterios. Comprender esta realidad nos permite indagar qué respuestas puede darnos el enfoque alternativo de la evaluación.

En la introducción, se definió y describió el enfoque alternativo, y en el primer capítulo, nos centramos en la retroalimentación como un modo de regulación de los procesos de aprendizaje y enseñanza, y como una forma de establecer diálogos reflexivos con los alumnos acerca de sus resultados y sus desempeños. No obstante para posibilitar ese diálogo, hay que establecer un marco de referencia que permita, por ejemplo, compartir con los estudiantes el criterio que considere, como base, qué se califica un trabajo con un cuatro, un 10, un satisfactorio o un excelente. El marco de referencia está dado por criterios de evaluación, cuando son claramente formulados y compartidos, o incluso, construidos con los alumnos.

En este capítulo se mostrarán instrumentos que permiten transparentar los criterios de evaluación, y de este modo, responder tanto a viejas tensiones que siguen vigentes como a nuevas preguntas.

Comencemos con un ejemplo de modos diferentes de comunicar lo que van a aprender los alumnos en las siguientes dos semanas. La manera en que anticipamos lo que se va a enseñar es una forma de evidenciar un recorrido que se ha de desarrollar. Así se les oculta o se comparte el por qué, El para qué de lo que los alumnos van a aprender y las expectativas de logro, que son la base para construir los criterios de evaluación.

En un enfoque tradicional de enseñanza y de evaluación, la información transmitida a la alumno sería, por ejemplo: en matemáticas, resolveremos problemas; en prácticas de lenguaje, leeremos el capítulo dos del texto de Gabriel García Márquez; Y en inglés, aprenderemos vocabulario de animales.

En un enfoque de la evaluación alternativa, se informaría del siguiente modo: en matemáticas, exploraremos múltiples caminos para obtener El número 1000; en prácticas de lenguaje, plantearemos las características de cada uno de los personajes de la novela de García Márquez y pensaremos en si pueden aplicarse a cualquier otra novela; y en inglés, aprenderemos los nombres de los animales para poder conversar sobre temas, como un paseo al zoológico, utilizando las palabras nuevas.

Además de anticipar los contenidos y sus expectativas de logro, se necesitan instrumentos adecuados que ayuden A identificar y a compartir los criterios utilizados para evaluar los aprendizajes de los alumnos. A continuación, se desarrollan herramientas prácticas para emplear con ese fin:

·         Lista de control o cotejo.

·         Escalas de valoración.

·         Matrices de valoración.

 


Las listas de control o cotejo.

Una lista de control o cotejo consiste en una serie de aspectos, características, cualidades, acciones, observables sobre un proceso o un procedimiento que suele registrarse en un cuadro de doble entrada.

El proceso procedimiento que ha de observarse está descompuesto en partes. Al lado de cada componente del proceso, se coloca en columnas en las que se marca su presencia o ausencia. También se pueden incluir algunas características deseables tanto del proceso como del producto, así como errores o fallas más comunes. Veamos un ejemplo.


Ejemplo uno: monitoreando un desempeño. 

Características

Si

No

Explica correctamente el procedimiento que utilizó.

 

 

Usa gráficos para explicar el procedimiento.

 

 

Reconoce pasos correctos.

 

 

Reconoce pasos incorrectos.

 

 

Elige entre dos procedimientos alternativos.

 

 

Tiene dificultades para explicar el procedimiento que empleó.

 

 

 

Como se observa en esta tabla, la lista de cotejo es, básicamente, un instrumento de verificación, de revisión y, Al mismo tiempo, puede funcionar como referente para ajustar un desempeño. Asimismo, muestra avances y tareas pendientes de modo tal que interviene durante el proceso de enseñanza y aprendizaje.

El modelo clásico es una lista que permite señalar la presencia o ausencia del desempeño de un alumno.

Muchas veces, no alcanza la información que se recoge a través de una lista de control. Por eso, se proponen dos ejemplos alternativos de listas, que se denominarán de seguimiento porque su función primaria se relaciona más con monitorear y mejorar que con controlar o verificar. Estas listas intentan profundizar en la información que se releva para mejorar el trabajo.

Los ejemplos propuestos están redactados para que los docentes los utilicen, pero del mismo modo podrían usarlos los alumnos, redactando los criterios en primera persona, lo que contribuiría al desarrollo de su autonomía. También es posible que docente y alumno empleen la misma lista Y conversen acerca de las miradas de cada uno sobre las producciones y los desempeños del estudiante.


Ejemplo dos: aportando evidencias. 

Participación en clase

Si

No

Evidencias (ejemplos)

Fórmula preguntas pertinentes al tema.

 

 

 

Responde las preguntas.

 

 

 

Traer a clases materiales acerca del tema.

 

 

 

Permanece en silencio.

 

 

 

Otro.

 

 

 

 Se avanza hacia otro nivel de análisis si se agrega una columna denominada acciones para mejorar, con el objetivo de identificarlas y pensar en que mejorar y cómo habría que hacer para lograrlo.

Ejemplo tres: proponiendo acciones. 

Participación en clase

Si

No

Evidencias (ejemplos)

Acciones para mejorar

Fórmula preguntas pertinentes al tema.

 

 

 

Ejemplo: escribir una pregunta antes de iniciar la clase.

Responde las preguntas.

 

 

 

 

Traer a clases materiales acerca del tema.

 

 

 

 

Permanece en silencio.

 

 

 

 

Otro.

 

 

 

 

 

Otro tipo de listas puede ser utilizado para efectuar el seguimiento de los proyectos, de trabajos en sus aspectos organizativos.

Ejemplo cuatro: toreando el proyecto. 

Indicadores

Realizado

Pendiente

Sin iniciar aún

Búsqueda de información.

 

 

 

Selección de la información.

 

 

 

Otro.

 

 

 

Sencillos para que los docentes diseñen, administren y procesen, las listas de cotejo son instrumentos útiles para acompañar la evaluación del trabajo de los alumnos en el aula.

La escala de valoración.

Las escalas ayudan a registrar el grado de desarrollo que un estudiante logra en relación con un proceso o producto. También permiten registrar su frecuencia o el grado en que se ha logrado.

 

Ejemplo cinco: monitoreando la participación.

 

Participación en clase

Siempre/mucho

A veces/

poco

Nunca/nada

Fórmula preguntas pertinentes al tema.

 

 

 

Responde a las preguntas.

 

 

 

Trae a clase materiales acerca del tema.

 

 

 

Permanece en silencio.

 

 

 

Otro

 

 

 

 

Como se muestra en este ejemplo, las escalas de valoración, al igual que las listas de cotejo, dan cuenta de la ejecución de determinada acción o de la aparición de un atributo específico, pero además, las de valoración suman información al permitir observar la frecuencia con la que se presenta un componente del procedimiento o proceso que se quiere evaluar.

En el caso de las habilidades sociales, por ejemplo, se sabe que permanecer en silencio o responder a las preguntas, una sola vez es esporádicamente, no es un indicador certero de aprendizaje. En este caso, como en otros muchos la posibilidad de hacer observaciones sistemáticas y registrarlas es muy importante a la hora de evaluar.

Ejemplo seis: desempeño en el laboratorio.

 

Criterio

Siempre

A veces

Nunca

Evidencia habilidades procedimentales en el laboratorio y competencias científicas.

 

 

 

Sigue las instrucciones en forma independiente.

 

 

 

Maneja los materiales adecuadamente.

 

 

 

Cumple con las normas de seguridad.

 

 

 

Trabaja con otros de manera colaborada

 

 

 

Identifica la pregunta a la que se quiere responder con la experiencia de laboratorio.

 

 

 

Propone una o más hipótesis como respuestas tentativas a dicha pregunta.

 

 

 

Diseña uno o más experimentos válidos para poner a prueba las hipótesis planteadas.

 

 

 

Recolecta los datos necesarios para testear las hipótesis.

 

 

 

Registra con claridad los datos obtenidos.

 

 

 

Elabora una conclusión coherente que relaciona sus resultados con la pregunta o hipótesis planteada inicialmente.

 

 

 

Presenta la información en forma inteligible, detallando los métodos utilizados, identificando los resultados obtenidos y la interpretación que realizó de dichos resultados en relación con la pregunta del comienzo.

 

 

 

Las matrices de valoración.

Las matrices de valoración son documentos públicos, compartidos por docentes y alumnos, que se utilizan para evaluar las producciones o el desempeño de los alumnos.

Las matrices incluyen tres elementos:

Criterios que traduce en las expectativas relativas al aprendizaje, la importancia de una producción o de un proceso. Para definir los criterios, habitualmente, se recurre a las expectativas de logro. Por ejemplo, si en una planificación el docente propone que los alumnos analicen y resuelvan problemas específicos, un criterio para aplicar podría ser: la selección de datos.

Niveles de calidad de cada criterio, desde el más bajo hasta el más alto, y del novato al experto. Se sugiere definir entre 4 y 6 niveles para identificar la secuencia de algunos procesos o distinguir con mayor detalle y profundidad los aspectos de la producción encarada. para evitar el uso de una escala numérica, inmediatamente se asocia a una calificación, se propone utilizar una evaluación cualitativa que dé cuenta de los procesos. Por ejemplo: aprendiz, novato, competente, experto, niveles que la psicología cognitiva ofrece.

Indicadores que intentan describir la calidad de cada uno de los criterios, ser visibles para quienes van a mirar. Describir implica referir las características de un objeto o una situación por medio del lenguaje. En el caso de las matrices de valoración, tienen que estar expresadas en forma comprensible para los lectores, para que no sea necesario explicar cada elemento. Así se contribuye a la autoevaluación y a la evaluación entre pares, y además, se contempla la heterogeneidad de alumnos ya que considera varios niveles de calidad. La matriz de valoración provee información para explicar lo que sucede respecto del objeto que se estudia. No es preciso que recoja sólo información cuantitativa, también puede incluir información cualitativa.

No siempre resulta sencillo elaborar un buen indicador. Por esta razón, parece útil describir las etapas para desarrollarlo:

·         Leer los objetivos o las expectativas de logro para definir de manera clara los criterios de evaluación.

·         Establecer niveles de calidad, construyendo con los alumnos las descripciones detalladas de cada nivel: se comienza por el nivel más alto y el más bajo, es decir los extremos y, después, se continúa por los intermedios. Las fuentes de información para definir los niveles de calidad se obtienen de los expertos disciplinares, de los textos, los ejemplos y modelos de buenas producciones, y de los errores más comunes.

·         Se puede modificar el indicador a partir del trabajo de los alumnos.

·         Incorporar el uso de los criterios y los niveles de calidad en la enseñanza.

La creación de las matrices de valoración se fundamenta en la necesidad de compartir con los alumnos en un principio, pero también con los padres y la comunidad educativa en general, las expectativas de logro y los criterios con los que se evaluarán los aprendizajes durante el ciclo lectivo.

Tradicionalmente, la utilización y el conocimiento de los criterios ha sido propiedad exclusiva de los docentes o de las instituciones, y han estado casi siempre ocultos para los alumnos. Así es como la evaluación del aprendizaje de los estudiantes tiene una base sólida sobre los supuestos subyacentes acerca de cómo hacer un buen trabajo; supuestos que se caracterizan por ser personales y no siempre compartidos con otros colegas en una misma institución.

Por lo tanto, si bien nuestro foco de trabajo es la evaluación, no se trata sólo de transparentar los criterios que nos llevan a ella, sino también el modo de encarar la clase y la exposición de las reglas de trabajo y en ese ámbito, para sostener la coherencia entre la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación.

No es suficiente la intención de comunicar los criterios y únicamente al comenzar el trabajo, sino que dicha comunicación tiene que constituirse en un diálogo permanente entre los docentes y los alumnos para ajustar el proceso de enseñanza aprendizaje.

En este Marco, las matrices de valoración contribuyen a desarrollar la autoevaluación, así como la coevaluación, para que los alumnos reflexionen sobre sus desempeños y sus producciones, y sobre sus maneras de abordar la tarea (procesos cognitivos).

Además, estos instrumentos explicitan los criterios y sus niveles de calidad antes de comenzar la tarea. Asimismo, permiten realizar un monitoreo sobre el avance de la actividad utilizando los estándares establecidos y llevan a que los alumnos revisen su trabajo antes de entregarlo.

Las matrices de valoración entonces guía en la evaluación y la enseñanza, y acompañan el aprendizaje porque proveen orientaciones, direcciones y evitan jugar a las adivinanzas en el sentido de que se espera de mí frente a una tarea.

También se les conoce con el nombre de rúbricas porque, al construirse especialmente para cada evaluación, funcionan como si tuvieran que ponerle la firma personal a esta; también reciben ese nombre porque antes, cuando se corregía, se lo hacía poniendo sobre el escrito marca rojas (la palabra rúbrica deriva de latín Ruber: rojo).

 

Cómo trabajar con los alumnos utilizando las matrices de valoración.

Nos preocupa que la matriz de valoración se convierta en un instrumento sólo para entregar al docente. para evitarlo, es necesario que el alumno sea partícipe, y comprenda y se apropia también de la matriz.

Las matrices de valoración son instrumentos valiosos para utilizar en tareas complejas, como los proyectos de trabajo, los ensayos y las investigaciones, tanto en sus productos finales como en sus procesos de elaboración.

Cómo se atiende a que sea un instrumento que los alumnos conozcan, aprendan a utilizar y comprendan su sentido, se sugiere considerar algunas cuestiones clave:

·         Explica que es una matriz de valoración y para qué sirve.

·         Mostrar ejemplos que corresponden a trabajos de distintos niveles de calidad.

·         Debatir con los alumnos acerca de los criterios y sus niveles de calidad, como también sobre el significado de cada criterio.

·         Que los alumnos analicen trabajos a la luz de la matriz de valoración, a modo de ejercicio de comprensión y aplicación.

En su origen, la matriz de valoración fue pensada para ser construida en conjunto con los alumnos. Ofrecemos un ejemplo de actividad para realizar con ellos:

Proponga sus estudiantes:

“Ustedes son evaluadores en este concurso de cuentos escriban una lista de los criterios importantes para considerar. En el aula, tienen a su disposición los cuentos para leer. Cuando finalicen la lista de criterios, la compartiremos para construir juntos la matriz de valoración”.

A continuación se muestran matrices de valoración que tanto los docentes como alumnos pueden utilizar en diferentes disciplinas y niveles para evaluar los aprendizajes.

Ejemplo siete: matriz de valoración para el nivel inicial.

 

Criterio

En el inicio

Básico

Avanzado

Competente

Identificar animales que tienen características similares

No reconoce ni nombra un animal.

Reconoce y nombra un animal.

Describe algunas características del animal.

Nombra, al menos, dos animales y alguna característica que tengan en común.

Identificar animales que tienen comportamientos similares.

No reconoce el comportamiento de un animal.

Reconoce un comportamiento de un animal.

Describe varios comportamientos del animal.

Nombra al menos, dos animales y algún comportamiento que tengan en común.

Ejemplo ocho: matriz de valoración de un texto narrativo de ficción.

Esta matriz de valoración para utilizar en la escuela media fue diseñada por la docente y especialista en lengua, Roxana Lewinsky. Antes de compartir la matriz de valoración, transcribimos algunas reflexiones de la docente en el momento de diseñarla, como un aporte para mostrar el trabajo profundo que implica utilizar ese instrumento.

En lo que hace la lengua, los dos planos que están siempre interactuando son tanto una sintaxis de frase como una gramática textual, la frase bien formada y la ordenación del texto, ambas con vistas a producir sentido. Podemos poner el acento en uno u otro aspecto, pero sin dejar de tener presente la significación de conjunto. Por ejemplo, un acento puede precisar un adjetivo posesivo un pronombre, y esto resolverse en la cadena sintagmática por la que el texto avanza. Mi experiencia de lo que sólo aplicar a la hora de evaluar tiene que ver más con una concepción de la gramática de texto que oracional, más con el sentido que con el significado, más con la construcción de lectores y escritores no escolarizados. Me preocupa más la imposibilidad de desplegar una idea en un texto informativo o en una escena de ruptura con los lugares comunes en la narración ficcional que es la ortografía.

La matriz de valoración que se presenta y está escrita en un lenguaje de experta en la disciplina. Una vez definida la matriz de valoración, se traducirá en un lenguaje comprensible para compartir con los estudiantes.

 

Dimensión

Criterio niveles de calidad

Rangos

Nivel Morfo sintáctico o gramática de la frase

Vocabulario lenguaje referencial y figurativo

Varios términos de uso común con errores de acentuación y ortográficos. Mal uso de las mayúsculas. Equívocos pre posicionales. Problemas de conjugación en general. Pobreza de palabras y repetición de estas, que traba y dilata lo que se quiere decir.

Errores en palabras de usos más esporádicos o de homónimos no es claro el empleo de comas y puntos, lo que dificulta la comprensión. Problemas en el uso de los modos verbales. limitación terminológica, sin que llegue oscurecer el significado final. No hay figuras: texto literal y plano.

En general, manejo correcto de la ortografía. Problemas de de qué ismo o utilización de los impersonales. Imprecisiones en el uso de rayas y “. Léxico adecuado al tema, aunque sean figuras interesantes que den vuelo al texto.

Buen desempeño ortográfico y léxico gráfico. La puntuación facilita la progresión de la lectura el relato se beneficia por mostrar vocablos precisos, una adjetivación ceñida y figuras que ahondan en descripciones y personajes.

Ortografía prácticamente impecable y un vocabulario amplio y matizado. La puntuación armoniza con el todo. El empleo de figuras retóricas es un acierto de significación que define la intención literaria del trabajo.

Clases de palabras, funciones y empleo en la frase. La intriga, y la composición oración al y textual. La puntuación, género. Narradores y destinatarios.

Faltas numerosas en la concordancia de género y número. Adjetivación pobre, pocos y repetidos adverbios, con abuso del superlativo. Dominan el modo indicativo y el tiempo verbal presente. Las oraciones son simples, aunque suelen no estar bien construidas. La intriga apenase de línea sin llegar siquiera a una anécdota. El texto no tiene ejes ni avances, con una indefinición del género, y sin instancias narrativas claras que interesen al lector.

La concordancia suele presentar problemas. La adjetivación es trivial y sabida, no siempre bien aplicada, igual sucede con los adverbios. Se amplía un poco el uso de los modos y tiempos verbales, con problemas de correspondencia. Dificultad con el gerundio. Las oraciones se enriquecen, pero se largan o terminan abruptamente. La historia tiene dificultades para estructurarse y seguir una coherencia y progresión ordenada. Tienes altos y huecos informativos, clímax mal preparado y desenlaces artificiales o no logrados. El género se afianza más, y el destinatario llega a tener idea de la finalidad narrativa. De todos modos, es difícil atrapar al lector.

En general, se logra la concordancia de género y número sin grandes desajustes. La objetivación y el uso adverbial presentan mayores ambiciones y variedad. El empleo de los modos y tiempos verbales adquiere más seguridad así como el régimen pre posicional de verbos. De todos modos, existen errores de conjugación con los verbos irregulares o con el modo subjuntivo. Las oraciones tienden a una mayor complejidad y a definir mejor su extensión y propósitos. La intriga muestra más claramente sus fases de desarrollo, aunque se evidencian debilidades, sobre todo, en el nudo y el desenlace, lo que indica que es lo más difícil en el arte de contar. En el género se perfila mejor, y las expectativas de lector se empiezan a satisfacer. Comienza a perfilarse la figura de narrador y en contraste con los personajes.

La concordancia ya no presenta problemas. Se observa un mayor manejo de las clases de palabras adjetivos, adverbios y un uso diferenciado de modos y tiempos verbales. Las oraciones se estructuran conforme a las exigencias del texto. De la presentación al desenlace, la historia no tiene mayores obstáculos, y hay un esmero en que los remates o finales estén bien hechos. El tipo de texto suspenso, aventura, fantástico, experiencia personal, amorosa, viaje etc.. Enseguida muestra su carácter y sus destinatarios, así como las intenciones del narrador en su juego con el lector.

El grueso de los problemas sintácticos ya están dominados y las preocupaciones del escritor A solucionar los problemas de la historia y la expresión. Se evidencia una preocupación por el lector y CDs escolariza la figura del escritor. La intriga no sólo está completa, sino que toma volumen con el ahondamiento en los personajes, con nuevas situaciones con agregados y caminos laterales que enriquecen el texto. El nudo y el desenlace están bien organizados y resueltos. Se respetan las restricciones que impone el género. Género, narrador y lector se compenetran y se armonizan para permitir una mayor plenitud y significativa y literaria.

 

Instrumentos y criterios.

La intención de este capítulo ha sido mostrar, a través de diferentes instrumentos, como transparentar los criterios de valuación. Cuando se les comparte con los estudiantes, se está desvelando parte del aspecto oculto y opaco que los procesos de evaluación han tenido tradicionalmente en la escuela. Ocultar criterios es un modo de monopolizar el poder, develarlos entonces es un intento de democratizar su ejercicio.

Varias investigaciones dan cuenta del valor del uso de la matriz de valoración. Heidi Andrade (2001) observa, por ejemplo, que los estudiantes que tenían la matriz de valoración, la comprendían y usaban, mejoraron sus producciones de ensayos. Por otra parte, John Hafner y Patti Hafner (2003) concluyeron que las matrices de valoración son instrumentos válidos y confiables para el trabajo de presentaciones orales evaluadas por pares.

Las matrices de valoración resultan instrumentos significativos para comunicar:

·         Expectativas de logro.

·         Calidad de los producciones y desempeños.

 

Su relevancia no radica solo en el hecho de que establecen un vínculo diferente con la evaluación sino que además, como se mencionó, habilitan formas más ajustadas de aproximación al conocimiento tanto por parte de los alumnos como de los docentes. A través de ellas, es posible establecer un diálogo reflexivo entre los docentes y los alumnos, explorando los grados de comprensión, los obstáculos y creando oportunidades para pensar en el aprendizaje.

Bibliografía

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